Aprovecharemos este espacio para reflexionar sobre nuestras visitas al hospital, nos gustaría que pudiera ser un espacio de encuentro e intercambio abierto a cualquier cuestión relacionada con el mundo del payaso de hospital.
lunes 2 de abril de 2012
Podríamos decir que lo peor que le puede pasar a un clown es que no lo miren, y si lo pensamos un poco, es lo peor que le puede pasar a cualquiera. No mirarte es no aceptarte, no quererte.
Por lo tanto, debemos conseguir captar la atención del niño y para eso éste tiene que sentirse a gusto, debe dejar de vernos como una amenaza. Nuestra primera intervención con algunos niños exige un trabajo previo de aceptación y eso lleva tiempo, los objetos o instrumentos que llevamos en nuestras maletas pueden servirnos de puente, aunque también observamos que el objeto puede ser el elemento en el que se refugie el niño y le aísle de nuestra presencia.
Otro aspecto básico es bajar al nivel del niño y cuando hablamos de bajar nos referimos también a un nivel muy físico, es decir, nos sentamos en el suelo de modo que nuestra mirada no esté por encima de él o ella. Nuestra presencia puede resultar arrolladora y amenazadora, debemos de hacernos más humanos y más cercanos.
Hay que bajar, olvidarse un poco del clown y de hacer reír, es necesario empatizar, hay que abonar el terreno. Nosotros queremos que nos quieran lo cual no significa que queramos que nos necesiten.
Podemos darnos por satisfechos en una primera visita si conseguimos que nos miren un poquito. Los avances siguientes dependen también del tiempo que transcurra en nuestra siguiente visita, cuánto más tiempo transcurra más difícil resultará retomar la relación. De ahí la importancia de la periodicidad de nuestras visitas.
Me emociono al ver fotos en el hospital. Me emociono al pensar en lo que se vive en esos pasillos a diario, y pienso que ójala llegue el día en el que esos pasillos se llenen de risas, o mejor aún, se queden mudos porque no habrá niños ingresados, y desde ellos los puedas oír jugar en la calle.
Hasta que ese día llegue, y siempre que podamos, será un honor visitar una planta llena de héroes, de personas mayores y pequeñas que a diario viven una situación durísima y que me dan fuerzas para creer en lo que hacemos.
Ayer salí agotado física y mentalmente, e incluso hoy he tenido una noche un poco dificíl, me costaba dormir. Quizás son demasiadas emociones, incluso para gigantes que buscan tirarse al suelo a la primera de cambio.
The Rolling Stones cantaron «It’s only Rock n’ Roll but I like it». Yo canto junto a Pachucho «Para dormir a un elefante» o bailamos «Soy una taza» porque lo sentimos muy dentro.
Desde que hice el taller de clown, hace ya más de un año, y descubrí el concepto de Flop, me he sentido intimamente ligado a él. Un día escribí «El Flop es vida», de nuestros errores aprendemos, y con ellos crecemos y encontramos nuevas vías, nuevos inventos, para llegar a los que nos rodean, siempre a través de una nariz roja que a algunos no les gusta y que otros identifican como enfermedad.
No estoy muy inspirado, aún estoy un poco melancólico jejejeje Me queda la sensación de que ayer Fonendín, aunque a veces perdido y confuso, salió exhausto por la puerta sabiendo que había dejado un pedazo de él. Moldeadlo y jugad con él como querais 🙂
Besos y abrazos.
Hasta que ese día llegue seguiremos intentándolo Fonendín, un abrazo de elefante.
Pachucho.
Ey chicos! soy Fany, de Gijón. Por lo que veo, lograstéis entrar en la sala oncológica de Oviedo, eh? Hay unos críos y padres excepcionales, luchadores. Me alegro caminar junto a vosotros por las rutas del humor y la sonrisa.
Cuando necesitéis refuerzo, ya sabéis. No creo que tenga problema por estar en Galbán. Encantada de volver a vestirme de clown, que hace un año que no hago nada de obras y se echa de menos.
Un abrazo
Encantados Fany, un abrazo muy grande.
Para el voluntariado de Cruz ROoa Juventud ha sido un placer poder contar con vuestra colaboración el lunes en el proyecto de Animación Hospitalaria : ) muchisimas Gracias .