Evasión y victoria

26 agosto 2013
Lunática y Pachucho

Lunática y Pachucho

Salir a jugar, dispuesto a enredarte en cualquier asunto, siempre desde el respeto y la aceptación de un «no», esas negativas de algún niño a no querer verte son afirmaciones, las pocas veces que se puede afirmar en el hospital y que recupera la capacidad de tomar alguna decisión.

No todos juegan, algunos niños simplemente observan, miran calladamente, pero miran y, de algún modo, se evaden del sitio donde están, eso es una victoria. Una victoria a la hospitalizacion y lo que ello supone para un niño.

Otros juegan, ponen las reglas, las incumplen, las quitan y se hacen dueños de la partida, vuelven a ser sus propios amos y nosotros sus juguetes, de nuevo otra victoria.

Y así transcurre la tarde para Lunática y Pachucho, dos payasos revolucionados y un poco acelerados  pero atentos a su entorno, a las miradas, a los silencios, a las risas…

Hasta fuimos capaces de corregir posiciones, y modular todo el espectáculo a ras de suelo porque una enfermera nos dijo que  «más bajo», y más bajo continuamos nuestro juego.

Esta vez la subida fue de la mano de cruz roja, como siempre muchas gracias por vuestra acogida. Hasta pronto.

Las lunas de lunática


Nuevo libro «Payasos de hospital. Historias de encuentros.»

10 agosto 2013

gacetilla-Segundo-libro-2Enhorabuena a las autoras por este libro que deseamos leer lo antes posible.  Para la gente interesada comentaros que el anterior libro de la misma editorial se vende en amazon y en la casa del libro. De modo que todo hace pensar que éste también se acabe vendiendo en los mismos sitios.


Subida con Galbán

2 agosto 2013
Lunática y Fonendín

Lunática y Fonendín

La persona que se encuentra detrás de una nariz roja es un misterio. Podemos cada día tratar de racionalizar cada instante, de calcular el siguiente paso y sus consecuencias, de intentar tener el control de lo que nos rodea,…

Pero cuando una nariz roja eclipsa todas esas ambiciones, cuando vuelves a sentir el tacto del sombrero en tu cabeza y el bolso o la maleta en tu mano… En ese momento sabes que el mundo se puede ver de otra forma, que la vida se puede vivir de otra manera, y que la gente que te rodea te puede acompañar en ese viaje si quieren.

Lunática (¿o era Mopática? ¿Palútica?) y Fonendín se conocieron y, desde la inexperiencia de dos nuevos compañeros y la voluntad que caracteriza a los inocentes juguetones, se lanzaron a la aventura en una sala llena de bellas personas que siguieron sus andanzas y tropiezos, participaron para descubrir todos los números de magia y nos empujaron a la improvisación más bonita y desenfadada, buscaron una voz desaparecida entre tanta risa, y luego todos juntos cantamos, bailamos y, mientras abrían sus brazos para recibirnos, nosotros nos vaciamos para ellos.

Es cuando te quitas la nariz cuando vuelves a pensar en cada instante, a intentar racionalizar y asimilar todo lo vivido, y descubres que todo lo que has dejado allí tal vez sea algo maravilloso, algo que no olviden hasta una próxima visita de esos visitantes que adoran recibir martillazos a cambio de una sonrisa.

Nunca decimos “Adiós”, sino “Hasta la próxima”. Creemos en lo que hacemos, y mientras haya personas que crean con nosotros y en nosotros, las despedidas se convierten en algo absurdo y, el público, en parte de nuestra vida y nuestro crecimiento como clowns para poder conseguir que la risa llene cada rincón de cada sala. Por y para vosotr@s.

Fonendín.

Las lunas de Lunática


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