Salir a jugar, dispuesto a enredarte en cualquier asunto, siempre desde el respeto y la aceptación de un «no», esas negativas de algún niño a no querer verte son afirmaciones, las pocas veces que se puede afirmar en el hospital y que recupera la capacidad de tomar alguna decisión.
No todos juegan, algunos niños simplemente observan, miran calladamente, pero miran y, de algún modo, se evaden del sitio donde están, eso es una victoria. Una victoria a la hospitalizacion y lo que ello supone para un niño.
Otros juegan, ponen las reglas, las incumplen, las quitan y se hacen dueños de la partida, vuelven a ser sus propios amos y nosotros sus juguetes, de nuevo otra victoria.
Y así transcurre la tarde para Lunática y Pachucho, dos payasos revolucionados y un poco acelerados pero atentos a su entorno, a las miradas, a los silencios, a las risas…
Hasta fuimos capaces de corregir posiciones, y modular todo el espectáculo a ras de suelo porque una enfermera nos dijo que «más bajo», y más bajo continuamos nuestro juego.
Esta vez la subida fue de la mano de cruz roja, como siempre muchas gracias por vuestra acogida. Hasta pronto.
Maravillosas victorias que llenan el corazón. Un abrazo fuerte.
Gracias por tu apoyo incondicional.
Abrazos para todos y que duren mucho.
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